Esto mismo me preguntaba yo hace unos días, de modo que me he embarcado en la misión de averiguarlo para saber si me conviene o no me conviene adquirir una faja para el embarazo. Sé de personas que la han usado, pero lo cierto es que nunca me he parado a preguntarles exactamente por qué la usan, qué beneficios ha conllevado para ellas y si ha sido una recomendación de ginecóloga o matrona. Ya comenté en una entrada anterior que cuando el bebé se va haciendo sitio por nuestro interior hay dolores indeterminados por todas partes: de espalda, de pelvis, abdominal… Parece ser que una faja puede ayudar a combatir este dolor que nos produce la presión del embarazo en sí mismo, es decir, el hecho de que todas las estructuras de nuestro cuerpo se están modificando y tensionando conforme el volumen ocupado por el feto crece considerablemente, especialmente en el tercer trimestre.
Este es el tipo de artilugio al que me refiero:
Como veis se trata de fajas con forma de barriga y elásticas, que se van adaptando al crecimiento progresivo de la misma durante la evolución del embarazo. Por lo que he visto oscilan más o menos entre los 15 y los 30 euros de precio, así que no son demasiado caras. Además hay de muchos modelos y tamaños, desde los que son simplemente un cinturón que se pone bajo la barriga hasta las que llegan justo por debajo del pecho:
Faja de embarazo alta de color blanco de Babies R Us, 14,99 euros
Cinturón de embarazo de color negro de Prenatal, 19,95 euros
Faja de embarazo alta de color beis de Prenatal, 24,95 euros
Faja de embarazo alta de color blanco de Prenatal, 24,95 euros
Lo normal es empezar a usarla entre la semana 25 y la 30 (yo estoy ahora mismo de 28 semanas, por lo que si me decido ya podría empezar a hacerlo). La faja, siempre y cuando sea una faja específica para el uso durante el embarazo (y jamás una faja reductora post-parto, ¡ojo!) puede ayudar a reducir la tensión causada por el peso del bebé en las lumbares y la pelvis.
Es importante que la faja de embarazo que usemos sea de talla adecuada y nos permita movernos con comodidad, sentarnos, flexionar… nada de comprimir demasiado, que bastante nos hinchamos ya sin utilizar ropas apretadas como para ponernos una faja achuchándonos las carnes, debe de ser malísimo. Yo no me he decidido todavía porque además de que últimamente siento menos dolores en la espalda y en el pubis estamos en pleno mes de agosto y creo que, aunque sea transpirable, me dará bastante calor, pero intentaré recabar la opinión de mamás recientes a ver si acabo de decantar la balanza entre el sí y el no si la presión aumenta en estas semanas.