Mitos en el embarazo (I): “La acidez es porque al bebé le nace pelo”

Seguro que os lo han dicho alguna vez durante el embarazo o lo habéis oído decir: si la madre tiene acidez, o bien le está naciendo el pelo en ese período o bien es porque el bebé va a ser muy peludo (a mí me han dicho las dos versiones). Pues bien, esto es un mito; lo he leído en una guía específica de ayuda para embarazadas elaborada por matronas y me lo ha confirmado también mi matrona. La acidez es una molestia común en el embarazo que no tiene nada que ver con el pelo o la carencia de éste del futuro retoño, sino únicamente con una distensión de la musculatura de la madre, ya que eso hace que el contenido del estómago regurgite con facilidad y vuelva hasta nuestro esófago y nuestra garganta (recordemos que el contenido del estómago es altamente ácido, principalmente contiene ácido clorhídrico, HCl, y alcanza un pH inferior a 1). En general, la progesterona producida durante el embarazo provoca la relajación de la musculatura lisa del útero, e imagino que en general debe producir que toda musculatura lisa se relaje, entre la que se incluye la válvula que une el esófago con el estómago. Por si esto fuera poco, cuando el bebé va ganando peso presiona el estómago y hace que parte de su contenido salga por la válvula (imaginad lo que ocurre cuando apretamos un globo de agua que tenga un agujero).

Antiácido: acidez estómago

Un antiácido nos puede ayudar a combatir la acidez siempre y cuando sea adecuado para el embarazo. Fuente: Wikipedia, Midnightcomm, licencia CC.

En mi caso soy propensa a la acidez desde siempre, así que no me iba a librar durante mi gestación. Desde hace algo más de un mes (ahora estoy de 26 semanas) la siento de forma intermitente. A veces tengo una acidez insoportable, que me quema la garganta, y luego me paso 3 o 4 días sin que dé señales de vida de nuevo.

¿Cómo combatir la acidez durante el embarazo?

Para evitar o minimizar los efectos de la acidez, es importante seguir algunas pautas:

No debemos comer alimentos picantes ni ácidos, tampoco muy grasos. No se recomienda la cafeína (aunque en sí hay que limitarla), el cacao, los zumos de frutas y las frutas cítricas, tomate, vinagre… A mí por ejemplo me encanta la salsa de tomate de mi madre (¡qué rica!) y no me puedo contener, pero luego me arrepiento.

En lugar de hacer comidas copiosas hay que comer más a menudo y menos cantidad. Esto ya te lo recomiendan desde el principio del embarazo. También hay que evitar el agua o el líquido en general durante las comidas, es preferible beber fuera de estas.

Usar ropa cómoda y ancha, que no nos apriete las carnes.

No irse a la cama con la barriga llena y acostarse en una postura cómoda, preferiblemente de lado y con una almohada entre las rodillas (lo cual también es positivo para la espalda).

– También puedes tomar algún antiácido que se venda sin receta asegurándote (mira el prospecto o pregunta al farmacéutico) de que se puede tomar durante el embarazo. Principalmente se podrá tomar si solo lleva metales alcalinotérreos, como el calcio y el magnesio, o por supuesto si tu médico te dice que lo puedes tomar y te lo receta. El almagato, por ejemplo (cuyo nombre comercial, muy conocido, es Almax) se puede tomar pero no se debe abusar durante la gestación por contener aluminio. Si encontramos otros que no lo contengan, mejor. Siempre se puede recurrir al típico bicarbonato.

 

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