Antes de ser madre, cuando la maternidad era algo que me cogía más bien de lejos y tenía en mi mente un montón de ideas preestablecidas sin fundamento (algunas porque están extendidas en general en la sociedad y otras porque yo misma me las había fabricado) pensaba que era una especie de norma eso de bañar a los bebés a diario. Baño, cena y a dormir. Rutina. Obligación. Mala madre en caso de incumplimiento.
Pues no, no bañamos a Monstruito todos los días. Ya en el curso de educación maternal nos dijeron que no era necesario, que dependía de las circunstancias. No a todos los bebés les gusta o les relaja el baño, a algunos les causa verdadero estrés. Y si para un bebé el baño no es un momento relajante sino estresante, ¿le vamos a torturar a diario? En este caso creo que lo lógico es que el baño sea única y exclusivamente por una cuestión de higiene, y no creo que un bebé se ensucie tanto como para bañarlo cada día (bueno, cuando empieza con las papillas puede que sí, y cuando hace cacas cósmicas también ja, ja, ja). Pero si no hace cacas desbordantes lo único que se ensucia en realidad es el culete y se lo lavamos muchas veces al día (a propósito de lavarle el culete, mejor con una esponja húmeda específica para esto que con toallitas, más irritantes).
Esto es lo que dice el pediatra Carlos González en su libro Un regalo para toda la vida, en el que tiene un capítulo en el que habla de los cuidados básicos del bebé (Capítulo 6: “Algunas curiosidades de los niños de pecho”):
Por cierto, ya que hablamos del baño, es curiosa la obsesión por bañar a los bebés que hay en nuestra sociedad. Cuando no gatean, los bebés casi no se ensucian (salvo por la caca). Se dice que el baño es un momento muy agradable y relajante para los bebés, y que debe hacerse antes de dormir. Pero lo cierto es que a unos les resulta agradable y otros protestan enérgicamente; que a algunos les relajas y a otros más bien les excita tanto chapoteo, y que puede bañar a su hijo a la hora del día que le resulte más cómodo. Si a su bebé no le gusta el baño, con un par de veces por semana es suficiente. También puede limpiarlo con una esponja, si es de los que no soportan estar en remojo.
En nuestro caso no hemos bañado a la niña a diario por dos motivos, a parte de no ser necesario como hemos visto:
- No se relaja con el baño, se activa. Le gusta, pero empieza a patalear y a moverse y sale mucho más nerviosa que cuando entró (eso sí, oliendo genial). Siempre que podemos intentamos bañarla por la mañana, justo después de desayunar, porque como se pone el agua a temperatura corporal no pasa nada con que acabe de comer si no la meneamos demasiado (lo cierto es que nuestra bebé no regurgita casi nunca).
- Nació en una época de frío y, aunque calentamos muy bien su habitación y procuramos no someterla a cambios de temperatura, no nos pareció necesario ponerla a remojo a diario si los que saben del tema te dicen que no importa.
Así que ya veis, no hay que sentirse culpable por no bañar a un bebé todos los días; es algo lógico y razonable y no somos malos padres por ello.
Un abrazo.