Ya os comenté en una entrada previa que estaba yendo a sesiones de fisioterapia del suelo pélvico porque me las habían recomendado, aunque cuando fui por primera vez no sabía realmente en qué consistirían tales sesiones (más bien no tenía ni idea ni de que existían). Resultó que se trata principalmente del masaje perineal (dado por una profesional) y de trabajar con el epino, la pera que se va hinchando a distinta presión en el interior de la vagina para preparar el periné y aumentar gradualmente su elasticidad. Pues bien, hoy, que ya he alcanzado las 38 semanas de gestación (y por tanto si me pusiera de parto mi bebé ya sería a término) hemos empezado a practicar los pujos, es decir, aprender a empujar para sacar al bebé por el canal del parto cuando corresponda. De verdad que os lo recomiendo encarecidamente, a mí me ha venido genial esta sesión, no solo a nivel físico sino a nivel psicológico. Me ha aportado tanta seguridad que al salir de la consulta me sentía pletórica.
Fotografía de David Swift en Flickr, licencia CC
¡He conseguido sacar yo solita un globo de 9 centímetros de diámetro de un solo empujón! Y utilizando una de las técnicas, de las dos que existen principalmente, que se usan el día del parto para empujar, en concreto la menos agresiva (pujos en espiración, haciendo el sonido de una ceta mientras empujas para que se contraigan los abdominales). Esto significa dos cosas:
1. Que ya sé sacar cosas por mi vagina empujando con mi musculatura de la forma en que se hace en un parto normal. Es decir, ya no tengo tanta incertidumbre ni miedo, porque ahora sé cómo se hace, lo que se hace y, sobretodo que soy capaz de hacerlo.
2. Mi periné está lo bastante elástico para llegar a sacar un diámetro de 9 centímetros, al menos. Esto es lo que medía la cabeza de mi bebé en la semana 35. Considerando que normalmente les crece la cabeza en la etapa final 1 milímetro por semana, es probable que el día del parto mida más o menos 9,5 centímetros, pero ya es una diferencia pequeña. La fisioterapeuta cree que no me darán puntos o que, en todo caso, será una cosa menor que se cura rápido, uno o dos a lo sumo.
Como os digo, me ha dado tal subidón de moral la sesión de hoy que estoy contentísima, ¡es genial!
La próxima semana (si no me he puesto de parto antes) nos toca practicar otro tipo de pujos, los pujos en apnea, que son algo más agresivos que estos por si te pide la matrona el día del parto que empujes de un modo más fuerte para sacar al bebé cuanto antes, si fuese necesario (aunque por lo que he visto hoy, con los de espiración también sale rapidito la cosa). He leído en algunos foros que cuando te ponen epidural se usa este tipo de pujo, pero la fisio no me ha comentado nada de que el tipo de pujo tenga relación con la epidural, y además el pujo en espiración usa los músculos abdominales, que si no estoy equivocada no están afectados en absoluto por la anestesia… Además, creo que en la clínica donde voy a tener el bebé te ponen una dosis pequeñita inicial para que no pierdas del todo la sensibilidad, y que si tú quieres más entonces ya te ponen más…
La semana que viene (el miércoles) que tengo la nueva sesión, ya os contaré qué tal ha ido la práctica de este otro tipo de pujos y si he sido capaz de sacar lo necesario… Mientras tanto, seguiremos esperando que nuestro bebé decida venir al mundo…
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