Tal día como hoy, a esta hora (las 15:20), hacía seis horas que conocíamos frente a frente cómo era tu carita y la sensación de cogerte en nuestros brazos para acunarte. Hacía seis horas que sentíamos sobre nuestras conciencias el alivio inmenso de que ya hubiese llegado y pasado ese momento tan esperado y tan temido, el de tu nacimiento, porque todo había ido bien; tú estabas bien, yo estaba bien y por fin estábamos juntas de un modo distinto, iniciando la línea de tu existencia. Hace hoy un año, un año ya, que viniste a rasgar nuestras vidas de arriba a abajo con tu presencia, a hacernos más fuertes y más vulnerables a un tiempo.  Más fuertes, porque ahora sabemos que seríamos capaces de hacer cualquier cosa por ti si lo necesitaras, cosas que antes nos hubiesen parecido imposibles; más vulnerables, porque nuestra felicidad depende íntimamente de la tuya, porque se nos rompería todo por dentro si te pasara algo. Viniste a hacer que en nosotros cupieran mil y una contradicciones: ser más grandes y más pequeños, tener una vida más rutinaria pero mucho más intensa, dedicar nuestro tiempo a cosas tan sencillas y a la vez tan importantes.

Un añito… Ya no eres tan bebé aunque lo sigas siendo, vas mostrando tu carácter y tus preferencias, vas sabiendo quiénes son los tuyos y quiénes son los extraños, los que te quieren y los que no. Tus ojitos miran el mundo llenos de asombro (un pájaro, un árbol, un perro, un globo) y yo recuerdo, a través de ellos, que una vez fui también una niña y que el mundo visto por los ojos de un niño es más grande, más hermoso y más sorprendente, y que nada hay en la vida como la infancia, cuando todo se cubre con un velo de magia.

Tú viste un pájaro y yo vi otro

aunque miráramos el mismo.

Eso es ser niño.

Quién me iba a decir a mí que un año pasaría tan deprisa, que todo en mi vida cambiaría tanto, que los problemas que antes eran grandes se harían más pequeños, que no podría recordar cómo era mi vida cuando aún no existías, que la sensación de que has estado aquí toda la vida lo inundaría todo, como si desde mucho antes de que nacieras ya supiera que ibas a llegar.

Te quiero, princesa, cosita guapa, monstruito, patatita, vampirito de leche, bollito, te amo con todo mi corazón. ¡Feliz cumpleaños de parte de tu madre que te adora!