¡He engordado 5 kilos en un mes!

¿Para qué andarse con rodeos? Lo mejor es ponerlo así, directamente en el título y con exclamaciones, porque así es como me siento: ¡He engordado 5 kilos en un mes! ¡En un mes! ¡5 kilos! ¡5! Me sale a 1250 gramos por semana, y ya os digo que no ha sido mi Semillita la que ha engordado así. No sé si queda del todo clara la magnitud de la tragedia. Y digo tragedia porque no siento haber hecho nada especial durante este último mes con respecto a los 5 meses anteriores, en los que no engordé ni un gramo (es más, perdí globalmente medio kilo). El 11 de julio pesaba prácticamente lo mismo que en febrero y ahora, el 12 de agosto, peso 5 kilogramos más. Hay que tener en cuenta que lo que se considera saludable engordar en el total de un embarazo se sitúa entre 9 y 12 kilogramos. Vale, yo llevo un cómputo global de 5, pero si en los 3 meses que me quedan engordara 5 kilos por mes, ¡engordaría 20! Nada recomendable, desde luego…

Y no siento que haya hecho mucho menos ejercicio (sí que he hecho algo menos porque me siento más pesada, pero… ¿tanto?) ni tampoco que haya comido más cantidad o que me haya aimentado peor… (ni mejor, pero sí igual que los otros cinco meses previos). Sí que es cierto que me siento muy hinchada, estoy empezando a sufrir edema e imagino que la retención de líquidos es bastante importante, pero de ningún modo me parece que pueda justificar 5 kilogramos, como mucho 2, ¿no? Además, no solo no he notado que hiciese una vida muy distinta durante este último mes, sino que tampoco me lo noto en exceso ni en la ropa ni en el espejo. Son como kilos mágicos, no se ven, no se notan… ¡pero se sienten! O al menos los siente la báscula de mi ginecóloga. Yo me veo igual, y mi pareja me dice que también me ve igual (ahí ya no sé el grado de sinceridad de su afirmación, aunque si hay cierta dosis de mentira piadosa yo se lo agradezco).

Así que, escandalizada por esta circunstancia, me he propuesto evitar de todas las formas posibles que en la próxima visita de control a la ginecóloga (14 de septiembre) me vuelva a caer una bronca. Estos son mis propósitos de enmienda para no ganar peso o al menos ganar mucho menos peso:

Andar, andar y andar. Hace un tiempo que me instalé un podómetro en el móvil que me marca como objetivo 10.000 pasos diarios (unos 8 kilómetros, según indica). No creo que sea necesario llegar a los 10.000 pasos diarios, pero sí, al menos, 5.000. Si no hago 5.000 pasos todos los días me voy a tener que autocastigar.

Nadar, un poco. No soy buena nadadora, la verdad, nado un poquito a braza con estilo torpe y para de contar. Pero tengo la suerte de tener piscina comunitaria así que tendré que aprovecharla. En este sentido soy menos ambiciosa, me conformo con nadar 3 veces a la semana durante 20 minutos.

Se acabaron los dulces y las porquerías. No es que me haya hinchado, pero como no engordaba debo decir que no le hecho ascos a un cruasán, unas galletas o una porción de chocolate con leche. Con la excusa de que estás embarazada la gente te mima de la peor manera, con caprichos alimenticios que no son lo mejor ni para la mamá ni para el feto. Así que se acabaron los alimentos siguientes: patatillas, ganchitos, galletas de chocolate, chocolate con leche, repostería industrial, respostería en general, frutos secos salados… Y todo lo que no se incluya en la alimentación sana.

Repostería

 

Bye bye, bombas de azúcar.

¡A merendar fruta se ha dicho! Con lo rica que está la sandía y lo fresquita, ahora en verano… 

fresitas

Beber muchísima agua. Aunque parezca un contrasentido, la forma de evitar la retención de líquidos es beber muchos líquidos. Yo supongo que es algo así: cuando el cuerpo ve que tomas poco líquido, todo el que bebes se lo queda porque tiene miedo de la escasez.

Water

Se acabó la sal en las comidas. Ya me lo ha dicho la ginecóloga: ahora tienes que empezar a comer sin sal, porque la sal hace que retengas líquidos. Habrá que redescubrir el maravilloso mundo de las especias y condimentos: perejil, ajo, romero, tomillo, orégano… Y cómo no el aceite de oliva virgen, que a ese no pienso renunciar, never. Por algo tengo sangre andaluza.

Ya os contaré cómo va mi evolución de peso con este nuevo plan, a ver si consigo no engordar más en este próximo mes o engordar poquito…

¿A vosotras os ha pasado eso de engordar un montón de kilos de golpe?

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