La revisión de los 5 meses: talibana de la teta

Ayer fue la revisión de los 5 meses de Monstruito. Tal y como esperaba, el peso iba a darnos quebraderos de cabeza, además de alguna que otra desavenencia con la pediatra. No hay forma de salir de una revisión con buen cuerpo, la verdad. Es cierto que esta vez ha engordado muy poquito, solo 280 gramos, pero también es cierto que pasó lo de mi muela y un destete de 2 días por este motivo que fue un auténtico desastre, en el que la niña apenas orinaba y yo creo que incluso llegó a perder peso (ya veis, el biberón no es la solución, porque precisamente comió muchísimo menos con biberón que con el pecho y fue un auténtico suplicio para ambas). El caso es que, según me ha mostrado hoy, en base a sus datos, en las 2 primeras revisiones estaba en el percentil 25 (no es eso lo que me dijo en su día, es lo que tiene ahora apuntado, aunque tampoco sale eso si lo calculas), en las revisiones de los 3 y los 4 meses entre el 10 y el 25, y ahora, entre el 3 y el 10. Visto así parece alarmante (y no lo es en absoluto, ya veréis). Además, entonces:

¿Por qué me asustó en las primeras revisiones con el peso de la niña y puso en duda mi capacidad para amamantarla si estaba en un percentil 25? Un percentil 25 es estupendo, no tiene nada de alarmante ni de preocupante; de hecho todos los percentiles son normales, porque están elaborados en base al peso de una población amplia de niños sanos. Y si hay niños en el percentil 90, tiene que haber el mismo número de niños en el percentil 10 considerando una distribución normal. Sí que es cierto que si un niño no para de bajar de su curva de percentil hay que averiguar qué es lo que sucede, pero no es el caso aunque ella intente presentarlo de esta forma.

¿Por qué no usan las tablas de la OMS, sino las elaboradas por la Fundación Faustino Orbegozo? Yo he mirado el percentil que le corresponde según las tablas de la OMS y está en torno al 12. No es para tirar cohetes, pero teniendo en cuenta las circunstancias que os comentaba antes de su destete provisional no es de extrañar que no haya engordado más. Además, que te digan que ha pasado de estar entre los percentiles 10 y 25 a estar entre los percentiles 3 y 10 suena grave (si nos ponemos en los extremos, entre 3 y 25 hay 22 de diferencia). La realidad es que ha pasado aproximadamente de un 16 a un 12 según la OMS de los 4 a los 5 meses, y que a los 3 meses estaba igual que ahora.

¿Por qué no tiene en cuenta que tampoco ha subido en el percentil de la talla (ha crecido un centímetro) y que por tanto la relación peso/talla se mantiene e incluso mejora? De hecho, su índice de masa corporal es ahora más alto que en los 4 meses anteriores, lo he visto en el historial aunque este dato no te lo anotan en la cartilla.

Esta es la evolución de peso y talla de la niña y los percentiles que le corresponden según las tablas de la OMS y según las tablas que utiliza la seguridad social en España:

Evolución talla y peso bebé 5 meses

He calculado los datos utilizando la calculadora de percentiles.

Como veis, cuando realmente bajó de percentil fue a los 3 meses. De hecho, ahora está exactamente igual que a los 3 meses si utilizamos las tablas de la OMS (tanto en peso como en talla), no es cierto que haya una bajada de percentil alarmante. Calculado con los datos de la seguridad sale un percentil de peso de 9,7; sí, está entre un 3 y un 10, pero me parece que es una forma muy sensacionalista de expresarlo.

Fijaos qué curioso lo que ocurre si dibujo los distintos puntos en esta tabla de la OMS de peso para la longitud (independiente de la edad).

Peso para la longitud

Ella sigue su línea -2 mes tras mes y ya está; de hecho, cuando más delgada estaba era a los 2 meses (el puntito queda un poco por debajo), momento en el que según la doctora estaría mejor porque su percentil de peso era el más alto (¡pero estaba larguísima!). Como decía ayer la pediatra: “2 y 2 son 4 y esto son matemáticas”. Pues sí, esto son matemáticas. Y son tozudas.

Menos mal que ya tiene 5 meses y me ha recomendado empezar a introducir alimentación complementaria (aunque la OMS recomiende a los 6 meses) porque ha estado a un tris de decirme que le sustituyera mi leche por leche artificial, y yo con un cabreo… Si fuese necesario usar leche artificial por la salud de mi hija claro que se la daría, pero es que no lo es, no utiliza ni un solo argumento consistente. Yo, que no soy nunca del enfrentamiento, me debo de haber puesto un poco borde porque me ha dicho algo así como que “tú no eres médico, si todo el mundo fuese con lo que lee por ahí entonces no haría falta que nadie estudiara medicina” y también que no hay que ser “talibán de la lactancia”, que en la vida nunca hay que ser talibán y que si hay que dar biberón pues hay que darlo. A todo esto, del hecho de que cuanto más se estimula el pecho más produce por una cuestión hormonal (una mujer puede amamantar a gemelos, por ejemplo) ella ni idea… Estoy segura de que no lo sabe, no se ha leído ni el más básico manual de lactancia materna.

Es cierto, no soy médico. Pero sí que soy científica, y como científica sé que no debo afirmar nada que no esté respaldado por un estudio científico serio y cualquier médico sabe -o debería saber- también esto. Y por eso no leo “cualquier cosa de por ahí” sino que todas aquellas lecturas a las que doy crédito sobre lactancia materna y alimentación infantil proceden de fuentes fiables. De otros pediatras, por ejemplo, que sí que han estudiado medicina igual que ella y por tanto, a nivel de título al menos, están empatados. O de expertos en lactancia materna que fundamentan sus afirmaciones en artículos científicos, como los que enlaza el pediatra Carlos González en Un regalo para toda la vida. Y ella, como médico, debería ser la primera que se respaldara en estudios que hayan demostrado algo: no debería decirme, por ejemplo, que comer frutos secos produce más leche y que coma muchos para que mi bebé tenga más; o que si le doy papilla de fruta por la mañana, como no le daré el pecho, tendré más leche para luego. Ninguna de estas cosas es cierta. El único alimento que ha demostrado tener cierta influencia en la producción de prolactina (la hormona de la leche) es la cerveza, mientras que cuanta menos leche le exija a mi pecho menos leche producirá. De hecho, en eso consiste el destete, ¿no?, en exigir gradualmente cada vez menos leche de los pechos hasta que no produzcan.

Así que he salido con muy mal sabor de boca, porque parece que si intentas rebatir lo que te dice con algún argumento tienes complejo de superioridad, o lo has leído por ahí en cualquier basurero de internet, o vas de listilla y no acatas la autoridad, en este caso la de la pediatra. Yo no quiero ir de lista, ni muchísimo menos, pero cuando se trata de la salud de mi hija me gustaría que la persona que tengo delante demuestre estar formada en profundidad en lactancia materna y no que se dedique a repetirme un montón de falacias que ya me han dicho antes mi abuela, mi madre y mi suegra que no, tampoco son médicos. No quiero escuchar a alguien que me diga que mi leche tiene poca grasa, que mi leche no le basta a mi hija, que no tengo leche de calidad, que la niña tiene hambre, que la niña lo que necesita es un buen biberón o una buena papilla, y ya verás tú cómo se te pone de hermosa.

No quiero que me digan eso, lo malo, y encima falso, y no me digan ninguna cosa positiva de mi esfuerzo. Del hecho de que mi hija no ha tenido prácticamente ni un simple resfriado desde que nació salvo cuatro mocos y dos tosecillas, nadie comenta nada. Nadie dice: “Seguro que es por las defensas que le aporta la leche materna”. Ahí ya no se sabe, a lo mejor es que la niña ha nacido fuerte y de todas formas no se iba a enfermar aunque tomara de otra leche, que en esas cosas cada niño es un mundo. Pero si la niña engorda poco está claro que es porque mi leche es defectuosa, eso sí puede afirmarse con rotundidad y quedarse uno tan pancho.

Bueno, como veis, tengo un cabreo monumental, creo que incluso escribo la mayor parte del tiempo apretando los dientes. Estoy de indignación que me sale hasta por las orejas. Y que conste que creo que sí, que la niña podría engordar a mejor ritmo y que quiero hacer lo posible por que mi hija aumente un poquito mejor de peso durante el mes venidero, pero no a costa de cargarme la lactancia materna. No creo que 100 o 200 gramos de peso puedan justificar eliminar de su dieta algo tan importante y sano como la leche materna. Ella misma dijo que la niña es un bebé sano, activo y feliz, con muy buen estado general.

Así que he dado el brazo a torcer en cuanto a introducir la alimentación complementaria antes de los 6 meses y la cosa ha quedado en que empezará a tomar papilla de fruta por las mañanas y papilla de cereales sin gluten elaborada con mi propia leche por las tardes, y que el resto del tiempo siga tomando leche de mi pecho igual, que serán, según calculo por lo que viene haciendo ahora, unas 5 tomas a parte de las papillas, quizá 6. Además, después de la papilla también le ofreceré el pecho (hoy lo he hecho y ha tomado un ratito hasta dormirse).

Esto es lo que me ha dicho:

A media mañana, 150 mL de papilla de fruta compuesta por pera y manzana maduritas durante la primera semana. A la semana, introducir también el plátano, y después de otra semana más, el zumo de naranja. Luego ya lo puedo combinar distinto: pera y plátano, plátano y manzana, todas juntas…

A media tarde, 150 mL de leche materna con cereales sin gluten (5 o 6 cucharadas, si son 7 no pasa nada, solo la cantidad para que espese). Si me parece que le sientan mal, en lugar de cereales sin gluten (arroz y maíz) que le dé crema de arroz.

Así que nada, ya os contaré cómo vamos con las papillas y qué tal las acepta. Y ahora voy a ver si respiro un poco profundamente hasta que se me pase el enfado. Voy a recuperar esta imagen de la entrada sobre trayectos en coche, creo que me hace falta:

Meditación

¿Qué os parece? ¿Creéis que es normal que me enfade o estoy exagerando? (¡Sigo tan enfadada!). Cómo temo el momento de la próxima revisión…

Un abrazo a todas.

P.S.: Por cierto, con el cabreo se me ha olvidado comentar que ayer le pusimos su segunda dosis de Prevenar 13, ¡otros 75 euritos de clavo!

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7 comments

  1. Fabiola says:

    Hola, te leo siempre y con mucho gusto te saludo, eres mi historia tal cual la he vivido con mi bebé. Es una nena que cumplirá 4 meses y he tenido los mismos comentarios y desfases de la pediatra, suegra, etc y su cuesta arriba con el peso, y no tiro la toalla pues me encanta darle LME y me las he sufrido toda con los dolores y mastitis además, pero creo ser la que más confía en mi misma cada vez que veo mi bebita crecer gracias a esa fuerza de voluntad que sólo nosotras podemos ofrecerles y perseverar a por más y verlos mejores. Un cariñoso abrazo.

    • Mamuchi says:

      ¡Hola Fabiola! Qué ilusión me ha hecho tu comentario, ¡me he sentido tan comprendida! Creo que no debemos dejar de confiar en nosotras mismas, nuestras bebés están sanas, la lactancia materna es lo mejor que les podemos dar y creo que hoy en día hay una obsesión insana con el pecho que hace tirar la toalla a otras madres que luego se sienten apenadas por no haber seguido adelante… Un abrazo muy grande.

  2. Monique says:

    Yo tengo un defecto en mis pechos que me impide producir la leche necesaria así que sólo pude amamantar el primer mes con mucho esfuerzo. Después tomó biberón. Sin dramas! Una decide qué es lo mejor para sus hijos, se deja asesorar pero nosotras somos las responsables.
    En este artículo muy bien argumentado, sólo veo una madre tratando de justificarse por tomar una decisión. Basta ya de eso!
    Leí mucho sobre lactancia y el hecho de que tu hija no reciba todos los nutrientes puede ser debido a que no vacía enteramente la mama.

    A propósito, mi hijo tomó biberón desde el principio y nunca ha estado enfermo en 9 meses.

    • Mamuchi says:

      ¡Gracias Monique! Efectivamente el problema es que todas las madres nos pasamos el día justificando nuestras decisiones, seas cuales sean, sentimos que tenemos que justificarlo todo el tiempo porque siempre habrá gente que opine lo contrario y creemos que debemos darles explicaciones. Enhorabuena por ese mes que lograste amamantar a tu bebé teniendo ese problema y enhorabuena por tu hijo tan sano :D Al final mi hija simplemente es que es así, es su constitución, así que ya no me preocupo (ahora tiene 16 meses ya y como bastante, pero engorda poco). Un abrazo muy grande.

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